RICARDO CABRERA CUMPLIÓ 3 AÑOS AL FRENTE DE INAVI

El enólogo Ricardo Cabrera cumplió 3 años al frente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, desde que, en plena pandemia y en una ceremonia por demás discreta y cerrada, manifestó su voluntad de trabajar incasablemente como servidor público, en pro del vino y el consumo inteligente.

Hoy, tres años más tarde, los logros son elocuentes. El más tangible es quizás la concreción de la tan ansiada sede propia de INAVI, un edificio de 1700 metros cuadrados y un anexo de 900, sobre un terreno de 8240 metros, que conforman una estructura moderna, funcional, eficiente y sustentable, y concentra en un solo lugar la activa gestión de la vitivinicultura uruguaya.

La nueva casa, construida y desarrollada con fondos propios, sin líneas de crédito ni préstamos que comprometan la gestión, logró la optimización de recursos al evitar los gastos de alquiler y mantenimiento del antiguo edificio.

A ello se suma el laboratorio modelo con tecnología de última generación y un nuevo espectómetro de relaciones isotópicas, fundamental para el sector, que permite asegurar la inocuidad de los productos vitivinícolas que circulan en Uruguay.

En la gestión de Cabrera también se concretó la georreferenciación del 100% de los viñedos uruguayos, la puesta en marcha del programa de uva y vino sostenible, que ha quedado completamente en manos de INAVI, luego de un intenso proceso de trabajo junto a otros organismos.

Un hecho relevante fue el nombramiento del nuevo directorio y el acuerdo alcanzado para la participación de nuevas gremiales, así como la definición de un plan estratégico que busca la mejora de la competitividad del sector, a través de la consolidación de un sistema vitivinicola con una gran robustez en la integridad de productos y procesos. 

Evidencia de esto, además del nuevo laboratorio, es toda la digitalización del movimiento y comercialización de uva, la mejora y actualización en los estándares y normativas, la adecuación de los sistemas de control y fiscalización al nuevo contexto, y una orientación mayor al mercado y al abordaje de las cambiantes y dinámicas preferencias de los consumidores, tanto nacionales como globales. 

 “Iniciamos nuestra gestión al frente del Instituto, con las máximas responsabilidades, en función de la confianza del Poder Ejecutivo y de las gremiales que integran el directorio”, señaló el enólogo Ricardo Cabrera. “El balance ha sido más que positivo, en función de lo realizado. Con nuevas etapas continuamos avanzando, con la reformulación de áreas, gerencias técnicas y estratégicas, el enoturismo, la digitalización de trámites y el apoyo permanente al comercio exterior como visión de mediano y largo plazo”.

Agregó que queda todavía mucho por hacer “para seguir apostando a la producción nacional con el permanente celo en la acción de los acuerdos internacionales que nos rigen. Es un orgullo pertenecer a esta institución hace ya más de 34 años y seguir haciéndolo con el mismo entusiasmo del primer día”.